6 jul 2012

CRÓNICA 2


UN OFICIO MUY VALIOSO

Desde hace dos meses la famosa gorda de Botero dejó de ser la única figura que es posible encontrar siempre en el parque San Pio; pues desde hace este tiempo Santiago Ramírez asumió una labor muy linda y no  muy común como es la de cuidar perros.
En el trayecto que debo recorrer diariamente con  la ruta que va de Girón a la Uis, he podido notar que a eso de las 8:00 am en este lugar se reúnen gran cantidad de perros de todos los tamaños que se encuentran al cuidado de una sola persona; hecho bastante curioso  que genera en mi una sensación de felicidad. Durante estos últimos meses me he estado preguntando ¿qué hace un joven con tantos perritos a  esa hora y en el parque San Pio?, no aguanté más esta incertidumbre y por ello decidí cuestionar al joven que veía junto a los perritos.
El día 4 de Junio aproveché que tenía clase en la mañana y como de costumbre tomé el bus que va hasta la universidad un poco más temprano ; esto con el fin  de hablar directamente con el personaje. Al llegar al lugar sentía un poco de vergüenza ya que iniciar  de un momento a otro y hacer preguntas a una persona desconocida no resulta ser tan fácil como parece.
Vaya sorpresa la que me llevé; pues logré entablar una conversación bastante agradable con Santiago , un joven de 21 años amante de los animales ; quien me explicó que hacia 6 meses decidió dedicar las mañanas que son el único tiempo libre que tiene para realizar un oficio agradable como lo es encargarse del cuidado de perros  a quienes ofrece la oportunidad de darles un poco de recreación.
En el transcurso de la  conversación Santiago sonrié y dice que como todo esta actividad tiene un costo. Desde las 7 de la mañana inicia su labor en la que los dueños de cada canino pagan $2ooo pesos por una hora de cuidado a su mascota.
Mientras el joven me explicaba acerca de su oficio , yo aprovechaba para acariciar 6 perritos que hasta el momento tenía para su cuidado; uno de ellos me dejó encantada, pues era un Beagle bastante particular ,  muy cariñoso que lo único que pedía era juego. De tal manera, durante este lapso de tiempo los perros se divierten y al tiempo permiten que este joven logre reunir $20.000 pesos diarios al llegar mediodía. Esta actividad y la manera en que el joven se dirigía a sus clientes me generó gran impresión  y al mismo tiempo le dije que lo felicitaba porque esa actividad no la hace todo el mundo.

Santiago me dijo que era un oficio que a mucha gente le parecía ridículo y sin validez; pero que a él no le importaba; pues lo único que deseaba era pasar un momento agradable y hacérselo pasar a sus fieles amigos.

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