UN ESTUDIANTE QUE TRABAJA
Actualmente,
no es extraño encontrase con un joven universitario que estudie y al mismo
tiempo trabaje; ya sea por razones económicas o porque quizás sea cuestión de
gusto personal. La mayoría de veces los estudiantes trabajan porque realmente
hay gastos de gastos que afectan la economía de sus familias; es por ello que concientizados de la
situación los jóvenes deciden buscar trabajos que no tienen nada que ver con lo que están
estudiando, ellos ven este tipo de
actividad como una ayuda para poder mantenerse
en la universidad y no dejar de lado su carrera. Bares, restaurantes y
Auxiliaturas ofrecidas en las distintas
secciones de la Universidad Industrial de Santander son el tipo de trabajos a
los que se enfrentan los estudiantes universitarios.
Estudiar
y trabajar al mismo tiempo no es ninguna tarea fácil y más cuando uno como
estudiante tiene que cumplir con las distintas actividades no de una sino de
varias asignaturas al mismo tiempo; lo digo por experiencia propia, puesto que
tengo una auxiliatura hace dos semestres en la sección de comedores y bienestar
universitario de la UIS. Allí trabajo dos horas diarias en las que debo manejar el sistema interno de
la cafetería, ingresar salidas y entradas de mercancía, tomar la temperatura
una vez a la semana de los equipos
utilizados en la sección, llevar el inventario mensual de las remisiones en Excel, entre otras cosas. En muchas
ocasiones siento que no doy más, es bastante el esfuerzo que uno tiene que hacer para
cumplir tanto en el trabajo como en el estudio.
Para
mí el trabajar dos horas diarias implica: trasnochos, estrés y mucho esfuerzo
personal y es en esos momentos en los que considero y me pongo a pensar en otros amigos que no
solamente trabajan dos horas como yo, sino que lo hacen por una noche entera o
los fines de semana; el caso de un amigo mio llamado Pepito Rodríguez.
Pepito
Rodríguez es un estudiante de Licenciatura en Español y Literatura, de 24 años
que tiene su familia en Zapatoca Santander; un pueblo que se encuentra ubicado
a dos horas y media de la ciudad de Bucaramanga. Él es una persona muy dedicada
en las labores académicas; es más podría decir que es un muy buen estudiante.
Este semestre tuvimos la oportunidad de volver a vernos en una asignatura
llamada Latinoamericana I, él estaba muy ilusionado porque es amante de la
literatura y por fin había llegado a la parte de la carrera que más le
apasiona.
Puedo
recordar un día en el que llegó muy desmotivado a la clase; le pregunté al
salir qué era lo que le pasaba y me respondió que estaba muy triste porque en
vista de que la asignatura tenia un nivel bastante alto de exigencia y él tenia
que trabajar en un bar todas las noches para poder pagar el arriendo, su
alimentación y los demás gastos que se van presentando ya sea en copias o en
salidas extras de la universidad no veía otra alternativa que cancelar la
asignatura.
La
verdad me dio mucho pesar, el ver como un estudiante y amigo tan comprometido en su estudio y
responsable tenía que cancelar una
asignatura que es importante tanto en la carrera como para él. Le dije que por
qué no lo intentaba y hacia el esfuerzo para evitar la cancelación; me respondió
que él era consciente de que si no lo hacía
el perjudicado iba a ser él porque era cuestión de tiempo que le iba a impedir dedicarse
a estudiar como debería ser.
Yo
respeté su decisión y comencé a preguntarle acerca de su trabajo, me contó que
desde que empezó a estudiar en la universidad tuvo que empezar a trabajar
porque los gastos son muy grandes, su mamá es cabeza de familia y por tal
motivo él no podía ser una carga más para ella sino más bien un apoyo con el que ella pudiera contar. Pepito empezó a
trabajar como mesero en Mercagan y allí aparte de que era bastante pesada la
labor, era muy poco lo que ganaba; puesto que sus ganancias dependían de las
propinas de los clientes que ingresaban al lugar y en ocasiones no reconocían nada.
Su
segundo trabajo lo hizo en Cuba, una discoteca que se encuentra ubicada en el
sector de cabecera, allí debía empezar a
trabajar desde las cinco de la tarde los días viernes hasta las cuatro o cinco de la mañana del sábado; él
dice que el pago realmente no es que fuera malo sino que para los gastos que
tenía no era justificable matarse tanto y no alcanzar a cubrir la mayoría de
sus deudas.
Un
día desesperado pensó en retirarse de la carrera y dedicarse a buscar un
trabajo de tiempo completo; me cuenta que fue un momento muy difícil porque uno
de estudiante al no tener nada de experiencia, lo único que encuentra son
trabajos mal pagos que lo que hacen es desmotivarlo a uno. Esa vez, Pepito
recurrió a una tía para que le prestara lo del semestre y gracias a Dios pudo
matricularse.
En
estos momentos, se encuentra trabajando en Ítaca, un restaurante bar que se
encuentra ubicado en el sector de Cañaveral y donde recibe un buen pago; está
feliz porque su mamá logró conseguir un buen trabajo y ahora sus obligaciones
no van a ser tan grandes; pero un poco arrepentido por haberse apresurado a
cancelar la asignatura de Latinoamericana I.