24 mar 2012


LA EXPERIENCIA DEL JUEGO


Una actividad como la realizar un tren planteada por el profesor  me pareció un poco desagradable; puesto que no me gustan las manualidades y por ende me considero mala para ello.
Inicialmente me pregunté cómo lo iba a hacer, de qué tipo, qué materiales utilizaría y la pregunta más importante quién podría guiarme para hacerlo. La realización de dicha actividad al principio se convirtió en un caos para mí; pues como no logré encontrar a alguien que me guiara o diera una idea de cómo hacerlo me decidí y compré masa de porcelanicron. Tenia la idea de que mi tren no iba  a ser nada del otro mundo y esto me generó sensaciones que jamás imaginé experimentar; una de ellas fue la de  tristeza porque recordé a mi papá que en el pasado era quien me ayudaba con trabajos de este tipo pero que por circunstancias de la vida ya no se encontraba conmigo, la otra fue de desesperación al ver que el único material que tenia para iniciar con la elaboración de mi tren era la masa y que para  hacerlo ver agradable tendría que comprar muchas más cosas que incrementaban gastos.
De tal manera, desistí de hacerlo con  porcelanicrón e inicié a buscar en mi casa materiales que quizá podrían llegar a ser útiles. Lo primero que encontré fue una cajita donde tenia vinilos que hacia muchísimo tiempo no utilizaba pero que aún se encontraban en buen estado; en ese instante pensé en comprar cartón paja, material que no es costoso y fácil de manejar, paletas utilizadas para hacer helados y unos botoncitos qué pondría como llantas. El  hecho de pensar que ya más o menos tenía los elementos y la forma que le iba a dar a mi tren me generó bastante alegría.
Para comenzar con mi creación, tomé el cartón paja y tracé unos cuadrados con los cuales formaría dos cubos, tracé una figura similar a una montaña para dar forma a la parte delantera  y   luego, tomé un cuadrado sobrante de los que había dibujado; lo recorté y fui armando una figura que se viera semejante a la cabeza del tren.
Por consiguiente, tomé la silicona y empecé a pegar cada una de las partes que iban a conformar mi tren, cubos, botones negros para las llantas y paletas de helado como base para las mismas; así pues, Cuando logré tener prácticamente dicha estructura elegí  los colores fucsia y lila para pintarlo. El momento de dar color a mi creación fue el más agradable porque ya me encontraba tranquila, lo único que quería era verlo terminado y lo que más me motivaba era que estaba utilizando mis colores favoritos.
 Finalmente se me ocurrió dibujarle unas ventanitas con pasajeros, no muy bien dibujados, y hacerle pequeñas decoraciones con vinilo blanco.
Aunque no logré que mi tren anduviera me queda una gran satisfacción porque fui capaz de  hacer yo misma una creación de la que me sentía incapaz de realizar y además tuve la oportunidad de darme cuenta que a pesar de que no soy muy buena para este tipo de actividades puedo con esfuerzo obtener buenos resultados.







 



































18 mar 2012

SINTAXIS DE LA IMÁGEN A. DONDIS


TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN VISUAL


EQUILIBRIO


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EQUILIBRIO SIMÉTRICO
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EQUILIBRIO ASIMÉTRICO


REGULARIDAD



SIMPLICIDAD


UNIDAD

FRAGMENTACIÓN



ECONOMÍA

DIFUSIDAD

TRANSPARENCIA

COHERENCIA (OPACIDAD)


REALISMO

SINGULARIDAD



SECUENCIALIDAD

YUXTAPOSICIÓN


AGUDEZA



CONTINUIDAD



PROFUSIÓN



RETINENCIA


EXAGERACIÓN




PREDICTIBILIDAD




EXPONTANEIDAD

ACTIVIDAD




PASIVIDAD



SUTILEZA



AUDACIA
NEUTRALIDAD Y ACENTO


EPISODICIDAD



PLANA Y PROFUNDA











11 mar 2012


LA BELLA DURMIENTE DEL AVIÓN


EL LECTOR

"Y TAMBIÉN LA LLUVIA"


"Y  también la lluvia" es un filme que  manifiesta  una relación de acontecimientos entre   los tiempos pasado y  presente ; dicha analogía se hace evidente a través del enfrentamiento de posturas diferentes entre dos hombres  que se hacen presentes en la historia.  Asímismo la mezcla entre elementos tomados tanto de la ficción como de la realidad logran dar forma  y sentido al contenido de la película.
 El  film  trata sobre dos  amigos que  están rodando una película en tierras bolivianas: Sebastián, el director, está interesado en reflejar la verdadera historia de Cristóbal Colón, una historia alejada de la versión oficial que aparece en los libros de la materia. Aquí se retrata al conquistador como un hombre interesado en el oro y los esclavos. Por otro lado está Costa, el productor de la cinta cinematográfica  y amigo íntimo de Sebastián. Sus motivaciones son diferentes, pues a diferencia de Sebastián, él quiere que la película se termine sea como sea, aunque para ello tenga que pagar sueldos irrisorios a los extras bolivianos. Paralelamente, mientras filman la película, en Bolivia se produce un acontecimiento que desemboca en la revolución del pueblo: La Guerra del Agua (hecho de la vida real). Una empresa privada se ha hecho del control del agua potable en Cochabamba y pretende cobrar precios demasiado elevados que sólo unos pocos pueden pagar. Curiosamente, Daniel que encarna al protagonista indígena de la película de Sebastián, se convierte en el líder de la revuelta. Costa intenta evitar por todos los medios que Daniel se involucre en la guerra, pues, si le detienen, no podrán acabar la película.

 Personalmente fue de mi agrado la película, ya que a través de dos historias paralelas, los personajes poco a poco se van despojando de sus mascaras para mostrarnos su verdad interior ; también es interesante  ver cómo mediante el desarrollo de la  historia  se hace una crítica al imperialismo o poder que ejecen unos sobre otros ; situación presente aún en nuestra época.