LA
EXPERIENCIA DEL JUEGO
Una actividad como la realizar
un tren planteada por el profesor me
pareció un poco desagradable; puesto que no me gustan las manualidades y por ende
me considero mala para ello.
Inicialmente me pregunté cómo
lo iba a hacer, de qué tipo, qué materiales utilizaría y la pregunta más
importante quién podría guiarme para hacerlo. La realización de dicha actividad
al principio se convirtió en un caos para mí; pues como no logré encontrar a
alguien que me guiara o diera una idea de cómo hacerlo me decidí y compré masa
de porcelanicron. Tenia la idea de que mi tren no iba a ser nada del otro mundo y esto me generó
sensaciones que jamás imaginé experimentar; una de ellas fue la de tristeza porque recordé a mi papá que en el
pasado era quien me ayudaba con trabajos de este tipo pero que por
circunstancias de la vida ya no se encontraba conmigo, la otra fue de
desesperación al ver que el único material que tenia para iniciar con la elaboración
de mi tren era la masa y que para hacerlo
ver agradable tendría que comprar muchas más cosas que incrementaban gastos.
De tal manera, desistí de
hacerlo con porcelanicrón e inicié a
buscar en mi casa materiales que quizá podrían llegar a ser útiles. Lo primero
que encontré fue una cajita donde tenia vinilos que hacia muchísimo tiempo no
utilizaba pero que aún se encontraban en buen estado; en ese instante pensé en
comprar cartón paja, material que no es costoso y fácil de manejar, paletas
utilizadas para hacer helados y unos botoncitos qué pondría como llantas. El hecho de pensar que ya más o menos tenía los
elementos y la forma que le iba a dar a mi tren me generó bastante alegría.
Para comenzar con mi creación,
tomé el cartón paja y tracé unos cuadrados con los cuales formaría dos cubos,
tracé una figura similar a una montaña para dar forma a la parte delantera y luego, tomé un cuadrado sobrante de los que
había dibujado; lo recorté y fui armando una figura que se viera semejante a la
cabeza del tren.
Por consiguiente, tomé la
silicona y empecé a pegar cada una de las partes que iban a conformar mi tren,
cubos, botones negros para las llantas y paletas de helado como base para las
mismas; así pues, Cuando logré tener prácticamente dicha estructura elegí los colores fucsia y lila para pintarlo. El
momento de dar color a mi creación fue el más agradable porque ya me encontraba
tranquila, lo único que quería era verlo terminado y lo que más me motivaba era
que estaba utilizando mis colores favoritos.
Finalmente se me ocurrió dibujarle unas
ventanitas con pasajeros, no muy bien dibujados, y hacerle pequeñas
decoraciones con vinilo blanco.
Aunque no logré que mi tren anduviera
me queda una gran satisfacción porque fui capaz de hacer yo misma una creación de la que me
sentía incapaz de realizar y además tuve la oportunidad de darme cuenta que a
pesar de que no soy muy buena para este tipo de actividades puedo con esfuerzo obtener
buenos resultados.